El día 31 de marzo estaré ofreciendo una sesión abierta y gratuita de meditación vía zoom a las 14:30h

Te espero para meditar

El Silencio que Nos Habita

Cada día amanece
Las hojas del ayer caen suavemente, y la brisa del presente nos susurra: detente, escucha, respira.
En el ritmo acelerado de la vida, donde todo parece urgente, la meditación es un regreso a casa,
un ancla que nos recuerda quiénes somos cuando se apaga el ruido.

Meditar cada día es como sembrar semillas de quietud en el jardín del alma.
A veces florecen en calma; otras veces en claridad.
Pero siempre, aunque no lo veamos, algo dentro de nosotros crece.

La práctica diaria no es una tarea más en la lista.
Es una pausa sagrada.
Es el arte de estar.
Estar con lo que hay, con lo que duele, con lo que alegra,
y descubrir que detrás de cada emoción,
de cada pensamiento,
late un espacio infinito de paz.

No hay que esperar el momento perfecto para meditar.
No hay que buscar un silencio absoluto ni un estado ideal.
Porque el momento perfecto es este. Aquí. Ahora.
La vida no nos espera, pero nos ofrece a cada instante
la posibilidad de cerrar los ojos, respirar y simplemente ser.

Cuando meditamos cada día, nos encontramos.
Nos reconciliamos con nosotros mismos y con el mundo.
Y poco a poco, esa práctica transforma la manera en que vivimos,
porque desde el silencio interior, la vida se vuelve más ligera, más plena, más real.

Meditar es volver al centro,
es recordar que lo esencial no está afuera, sino dentro,
donde siempre ha estado, aguardando nuestro regreso.

Hoy te invito a hacer de la meditación un ritual cotidiano,
un refugio en medio de la tormenta,
una luz interior que se enciende en el camino hacia ti mismo.

Respira, vuelve a ti, y florece.


Romi